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Caracterización del Jiu Jitsu Brasileño
Autor: Rodrigo Merlo
1. Definición
El Jiu Jitsu Brasileño tiene sus orígenes en el Japón, aunque luego adquiere su propio estilo en Brasil. Es un arte marcial que abarca una variedad amplia de sistemas de combate modernos basados en la defensa “sin armas” de uno o más agresores tanto armados como desarmados (Nakae, 1958).
La idea esencial detrás del Jiu-Jitsu Brasileño es esforzarse por colocarse en una posición en la que se pueda controlar al oponente. Para ello, se procura cerrar la distancia lo más rápido posible, evitando que el adversario pueda atinar golpes en esa posición. Desde ahí, puede controlárselo, sujetándolo de la cabeza o de la parte superior del cuerpo, mientras se lo desequilibra, o mejor aún, de ser posible debe procurarse deslizarse detrás del adversario. En caso de quedarse de pie, se puede atacar con las rodillas, codos, y tratar de aplicar la sumisión en posición parado. Por otro lado, si se decide llevar la pelea al suelo o el oponente nos derriba, se debe buscar una posición de control, donde se pueda golpear, para luego intentar culminar el combate con una sumisión (Gracie & Gracie, 2001).
El Jiu-Jitsu Brasileño es un deporte de combate de agarre, en el cual el principal objetivo es provocar la sumisión del oponente a través de la aplicación de una llave o palanca. Cuando no se logra la sumisión, la pelea se decide por un puntaje dado por los jueces que consideran acciones específicas como los derribes, los pases de guardia, las monturas, el control de la espalda, etcétera. La principal característica fisiológica de este deporte es su intermitencia en las acciones, puesto que se observan períodos de esfuerzo, separados por breves momentos de pausas (Andreato, et al., 2015, 2013 y 2016).
Según Gracie & Gracie (2001), el núcleo teórico del Jiu-Jitsu Brasileño es la idea de buscar siempre colocarse en una posición en la que se puede dañar al oponente sin que este pueda atacarnos. La infinidad de combinaciones técnicas del Jiu-Jitsu Brasileño están diseñadas para permitir que un Luchador logre esta meta.
2. Relación esfuerzo/ pausa
Durante la Copa del Mundo del 2005 de Jiu Jitsu Brasileño, Del Vecchio et al., registraron videos de los combates para poder cuantificar los tiempos de Lucha en el suelo, de pie, y los tiempos de recuperación promedios reflejados en los combates de ese evento.
El tiempo medio de Lucha de pie registrado fue de 25,44 segundos, el periodo medio de Lucha en el suelo fue de 145,67 segundos y la duración media de recuperación fue de 13,06 segundos. Sumando los componentes de Tiempo de Lucha de Pie y Tiempo de Lucha en el Suelo, se alcanza un tiempo de esfuerzo de unos 170 segundos, aproximadamente. Por lo que puede observarse una relación esfuerzo/pausa de cerca de 170s:13s que es lo mismo que una ratio 13:1 (Del Vecchio et al., 2007). En ese estudio se pudo comprobar que la duración de trabajo es más de diez veces superior a la de pausa. Por otro lado, Andreato et al. (2013) también evaluaron la relación Esfuerzo/Pausa reflejada en combates de Jiu Jitsu, aunque en sus registros marcaron una ratio promedio mucho menor al de Del Vecchio et al., (2007) siendo esta relación de 6:1, mientras que las acciones de alta intensidad duraron aproximadamente 4 segundos, y la relación de esfuerzos de baja y alta intensidad arrojó la proporción de 8: 1.
Gráfica 1. Desglose de los tiempos de movimiento de un conjunto de combates de Jiu-Jitsu Brasileños de 5 minutos.
Fuente: Gráfica creada por James, 2014 en base a datos de Andreato et al., 2013.
Así, los autores de esa investigación proponen que los atletas de Jiu Jitsu Brasileño requieren desarrollar una alta fuerza isométrica y un componente de aporte energético oxidativo destacado para poder mantener las intensidades del combate.
3. Antropometría La eficiencia y la eficacia del rendimiento humano en diferentes deportes dependen en gran medida del tamaño, peso y proporción del cuerpo de los atletas (Báez, Franchini, Ramírez-Campillo, Cañas-Jamett, Herrera, Burgos-Jara, & Henríquez-Olguín, 2014).
Partiendo de la concepción precitada, Báez et al., (2014) realizaron una investigación con el objetivo de identificar las características morfológicas del Jiu Jitsu Brasileño, para lo cual evaluaron a 25 deportistas de élite diferenciados como Luchadores Guarderos (LG) y Luchadores Pasadores de guardia (LP). En esta población se observó un somatotipo de 2,23 ± 0,68, 6.33 ±1.14, y 1.75 ± 0.87 para endomorfos, mesomorfos y ectomorfos respectivamente. Además, los porcentajes de tejido muscular fueron del 52,34±2,15% y los del tejido adiposo de 19,30±2,51%.
Con base a los datos hallados en su estudio, Báez et al., (2014) determinaron que los Luchadores pasadores de guardia (LP) fueron significativamente más mesomorfos (p < 0,05) y menos ectomorfos (p <0,05) que los Luchadores guarderos (LG). También, se determinó que los Luchadores pasadores de guardia (LP) poseen una mayor masa ósea en comparación con los Luchadores guarderos (LG) (0.51 ± 0.57 vs. 0.01 ± 0.54; p <0.05), y una relación masa muscular/ósea significativamente más baja (4.55 ± 0.31 vs. 4.77 ± 0.56; p <0.05). Con respecto a la altura, se registró que los Luchadores pasadores de guardia (LP) son en promedio más bajos que los guarderos (1.71 ± 0.06 vs. 1.77 ± 0.07; p <0.05) y que en la proporción altura peso también se observan diferencias entre estos estilos de Luchadores (LP: 40.58 ± 1.11 contra LG: 41.84 ± 1.22).
Por todo lo antes reportado, Báez et al., (2014) concluyen que los parámetros morfológicos pueden determinar los estilos de combate que elegirán los Luchadores, pues estos ofrecen una mayor posibilidad de éxito en las competencias.
Tabla 1. Índices de composición corporal en deportistas Brasileños de Jiu-Jitsu.
Fuente: Adaptado de Báez et al., 2014. Nota: Se le dice Luchador pasador de guardia al deportista que sale de la guardia y adquiere una posición de ventaja (rodilla al estómago, 100 kg, o montura), en cambio se le llama Luchador guardero al que desde la posición de la guardia finaliza a su oponente o hace una raspada (revierte la posición) para obtener puntos o establecer una posición de ventaja. Imagen 1. Luchador guardero debajo de Luchador pasador.
Fuente: Elaboración propia, gentileza de Fernando Cadena.
En conclusión, podemos decir que las características antropométricas presentadas por los atletas de Jiu-Jitsu (Franchini et al., 2003) son similares a las observadas en atletas de otras modalidades de Lucha, como es el caso de la Lucha Olímpica (Horswill et al., 1989) y el Judo (Franchini, 2001). Puesto que estos deportistas se caracterizan por un buen desarrollo muscular y un pequeño espesor de pliegues cutáneos, especialmente en los miembros superiores (Franchini, 2001).
4. Parámetros energéticos Durante sparrings programados de Jiu Jitsu, Andreato et al. (2013) tomaron muestras de sangre en los peleadores, con el fin de estimar los aportes energéticos del metabolismo glucolítico durante el combate, encontrándose que la utilización de esta vía se activa moderadamente (lactato antes del combate: 4,4 (4,0 - 4,6) mmol/L, lactato después del combate: 10,1 (8,0 - 11,3) mmol/L, glucosa sanguínea antes del combate: 112,4 ± 22,3 mg/dl, glucosa sanguínea después del combate: 130,5 ± 31,0 mg/dl).
Por lo observado, los autores recomiendan que los entrenadores dirijan las cargas de trabajo para simular la demanda energética impuesta en los combates, activando moderadamente la vía glucolítica. Además, la estructura temporal de las peleas puede ser usada para prescribir entrenamiento físico y técnico-táctico. Por otro lado, es de destacar que los atletas clasificaron las peleas como duras: obteniendo en la escala de Borg un nivel de esfuerzo de 13 a 15 (Andreato et al., 2013). Algunos años después, Andreato et al. (2016) analizaron las respuestas fisiológicas en deportistas de Jiu-Jitsu Brasileño durante combates de 2, 5, 8 y 10 minutos. El protocolo utilizado para ponderar los cambios en marcadores fisiológicos fue el siguiente.
Gráfica 2. Diseño experimental en combates de duración variada.
Fuente: Andreato et al., 2016.
Se tomaron muestras sanguíneas 5 y 10 minutos antes de iniciar el combate, inmediatamente después del primer evento, una hora posterior al primer encuentro, 5 minutos antes de la segunda pelea e inmediatamente al finalizar la segunda competencia. Esto se repitió al día siguiente y así pudieron evaluar las respuestas fisiológicas en los cuatro tiempos diferentes de combate.
Los resultados del estudio se ven en la siguiente tabla.
Tabla 2. Respuestas fisiológicas y bioquímicas de los atletas de Jiu-Jitsu Brasileños que participan en combates de duración variada (n = 10).
Nota: Los datos se presentan como Media ± Desvío Estándar. CK = Creatina Kinasa, LDH = Lactato Deshidrogenasa. a Significativamente diferente de los valores previos al combate (p <.05), b Significativamente diferente de los valores de 2 min (p <.05), c Significativamente diferente de los valores de 5 min (p <.05), d Significativamente diferente de los valores de 8 min (p <.05). Fuente: Adaptado de Andreato et al., 2016.
Se pudo observar que mientras más duraban los combates, se generaron mayores concentraciones de lactato (p <.001) y glucosa en sangre (p = .004). Pero cuando los datos fueron corregidos de acuerdo con el tiempo de esfuerzo, se encontraron mayores concentraciones de lactato (p <.001) y mayores frecuencias cardíacas (p <.001) en los combates más cortos (Andreato et al., 2016).
Los autores pudieron concluir que los diferentes tiempos de combate, pueden tener una influencia directa sobre las respuestas fisiológicas, hormonales y metabólicas generadas en los encuentros de Jiu Jitsu. 5. Parámetros morfofuncionales En un estudio reciente, se evaluó la fuerza de prensión pre y pos combate en atletas de Jiu Jitsu, dicho esfuerzo resultó en reducciones significativas de la fuerza de prensión en la mano derecha (antes del combate 45,9 ± 10,3 kgf, después del mismo 40,1 ± 9,5 kgf), y en la mano izquierda (antes de combate 44,2 ± 11,1 kgf, después del mismo 37,0 ± 10,2 kgf) de los peleadores evaluados (Andreato et al., 2013).
En el 2016, Chaves, Oliveira, Oliveira, Soares y Navarro analizaron la fuerza de la prensión manual y la flexibilidad del tronco en mujeres practicantes de Jiu-Jitsu. En ese estudio observaron que en la prensión manual de la mano derecha se registraron diferencias significativas entre el segundo y tercer intento (p = 0,021), por lo cual concluyen que la resistencia a la fuerza máxima isométrica es un factor para entrenar esencial en el Jiu Jitsu.
Tabla 3. Prensión Manual Derecha (PMD), Prensión Manual Izquierda (PMI) y Flexibilidad de las Mujeres.
Fuente: Adaptado de Chaves et al., 2016.
En otro estudio sobre el mismo tema (pero de mayor profundidad) Franchini et al., (2003) evaluaron a cada minuto la fuerza isométrica de prensión manual durante una Lucha de Jiu Jitsu de 5 minutos de duración. También registraron el promedio de la fuerza aplicada en 15 contracciones consecutivas con intervalos de 3 segundos.
En el estudio precitado, fueron evaluados 22 deportistas de Jiu Jitsu, donde sus registros de fuerza isométrica máxima manual con la empuñadura derecha fueron en promedio de 54,2±6,7 kgf, y un tanto menor en el brazo no dominante (51,4±6,1 kgf). Por otro lado, la fuerza isométrica de prensión manual ejecutada durante 15 repeticiones de 3 segundos fue en promedio de 47,3±6,7 kgf con la mano derecha y 45,3±7,7 kgf con la izquierda.
Gráfica 3. La fuerza de agarre (kgf) en cada minuto durante un combate de Jiu Jitsu Brasileño de cinco minutos (los valores se representan en media y desvíos estándar).
Fuente: Franchini et al., 2003. Es de remarcar que en los índices de fuerza de prensión manual observados durante todo el combate no se encontraron diferencias estadísticamente significativas y que la fuerza ejercida en la prensión manual durante los registros obtenidos a cada minuto de la lucha mostró un comportamiento estable, manteniéndose por debajo de la fuerza isométrica máxima un 15% en promedio (1º minuto = 87,6±7,9%; 2º minuto = 85,4±9,3%; 3º minutos = 85,3±9,1%; 4º minuto = 83,4±8,9%; 5º minuto = 84,4±7,7%).
Gráfica 3. Relación entre el promedio de la fuerza de prensión manual en las 15 contracciones consecutivas de 3 segundos y la fuerza isométrica máxima promedio en el agarre mantenido durante la lucha.
Fuente: Franchini et al., 2003.
En esa investigación, los autores pudieron concluir que la fuerza de prensión manual calculada con dinamómetro manual digital puede ser predictiva para valorar la fuerza máxima isométrica aplicada en los gestos específicos de agarre del Jiu Jitsu, puesto que la correlación entre esas variables fue elevada (r=0,933), con un error estándar pequeño en la estimación (2,9 kgf o aproximadamente el 6,2%).
Es por ello que se sugiere aplicar este tipo de pruebas para ser utilizado como control del desarrollo de la resistencia a la fuerza de agarre manual. Como ya dijimos previamente, esta cualidad es muy importante para el desempeño en el Jiu-Jitsu, pues los atletas ejecutan agarres similares al kimono del adversario continuamente.
También es importante observar que el desarrollo de la musculatura del antebrazo y consecuente aumento de la circunferencia de esa región pueden auxiliar en la mejora de la fuerza isométrica de asimiento manual durante el combate, dado que la circunferencia del antebrazo estaba positivamente correlacionada con la media de la fuerza isométrica de asimiento manual mantenida durante la lucha (r=0,724). Además, los valores de correlación de la fuerza isométrica máxima de agarre manual con la circunferencia del antebrazo fueron ligeramente más grandes (r=0,706 para el lado derecho y r=0,684 para el lado izquierdo) que el observado (r=0,54) por Moreira et al., en el 2003, donde analizaron a 34 practicantes de Jiu-Jitsu. Las principales diferencias entre los sujetos del estudio de Franchini et al. (2003) y el de Moreira et al. (2003) fueron: el tiempo de práctica de 3,5 años en el de Franchini et al., y menos de dos años en el de Moreira et al., y además que los sujetos utilizados por Moreira et al., eran personas amateurs. Por lo que se cree que estos factores pueden haber afectado la relación entre las variables, principalmente como consecuencia del mayor desarrollo muscular en los atletas comparados con los practicantes (Franchini et al., 2003).
Es así como Franchini et al., (2003) concluyen que los atletas de Jiu-Jitsu deben presentar un buen desarrollo muscular y pequeños espesores de pliegues cutáneos, aunque no necesariamente deban registrar valores elevados de fuerza isométrica máxima de agarre manual para tener éxito en la práctica de este deporte, pero si deben poder mantener la fuerza isométrica máxima de prensión manual durante el combate con valores cercanos al máximo, no superando la caída del 15% aproximadamente.
Creemos que lo más importante que aporta el estudio de Franchini es la posibilidad de predecir valores de fuerza isométrica sostenida durante los combates en base al test de 15 repeticiones de fuerza isométrica máxima utilizado, el cual correlacionó positivamente con el promedio de la fuerza isométrica durante la empuñadura de combate, lo que nos permite supervisar el comportamiento de la resistencia a la fuerza aplicada durante la lucha a través de este procedimiento. Además, una medida fundamental que aportan estos autores es la correlación positiva entre la circunferencia del antebrazo con la fuerza media aplicada durante la lucha (Franchini et al., 2003).
Para mejorar la fuerza de prensión manual se pueden realizar ejercicios típicos de herreros como son los golpes con mazo al yunque o movimientos de muñeca con resistencia controlada como se muestra en la siguiente imagen.
Imagen 2. Elementos para mejorar la fuerza prensora.
6. Conclusiones
1. Considerando la relación esfuerzo pausa de este deporte, algunos autores (Andreato et al., 2016) proponen que los breves intervalos de descanso que se observan entre los esfuerzos en los combates de Jiu Jitsu Brasileño no son suficientes para generar la resíntesis de ATP por medio de la vía oxidativa mitocondrial, y creen que esto provoca que los esfuerzos dependan mayormente de la vía glucolítica. Además, se piensa que la importancia de la vía glucolítica en este deporte puede ser evidenciada por la elevada concentración de lactato sanguíneo registrada en los combates. Los datos reportados por Del Vechio et al. (2007) durante los encuentros de BJJ en cuanto a la concentración de lactato sanguíneo fueron de 2,3 ± 0,2 mmol de lactato basal y de 10,2 ± 2,4 mmol, 2 minutos después de las peleas, lo que según este autor refleja el predominio de aporte energético de la vía glucolítica rápida. Particularmente, en este último punto no estamos de acuerdo, puesto que, para determinar la predominancia del aporte energético, se debería medir el consumo de oxígeno y la producción de dióxido de carbono. Es importante remarcar que la elevación de lactato en sangre no refleja necesariamente la predominancia del sistema glucolítico, sino que muestra las implicancias de esta ruta metabólica (a mayor concentración de lactato se observa una mayor implicancia de la glucólisis colaborando con la producción de energía mitocondrial).
2. Revisando los hallazgos presentados en las investigaciones antropométricas respecto al estilo de lucha según el biotipo, recordamos que los Luchadores pasadores eran significativamente menos ectomórficos y más mesomórficos que los Guarderos, según Báez et al., (2014) esto puede ser porque, para efectuar el estilo de lucha de pases, se requieren realizar mayores niveles de "fuerza" durante todo el combate. Además, lo que puede ayudar a explicar las diferencias observadas entre los grupos de Pasadores y Guarderos es el componente mesomórfico. Por otro lado, realizar un estilo de “lucha de guardias”, implica ejecutar movimientos más defensivos, pues dichos comportamientos son precisos en este estilo, generando así la necesidad de mantener la distancia en relación con el oponente. Por lo que un componente mayor ectomórfico (linealidad relativa) puede marcar una ventaja competitiva en los atletas que utilizan este tipo de lucha. 3. Por último, y de acuerdo con los parámetros morfofuncionales expuestos en esta entrada, sugerimos que se centre la atención en la mejora de la fuerza de prensión manual a través del entrenamiento físico de la musculatura del antebrazo.
Texto extraído del libro "Entrenamiento para deportes de combate" de Rodrigo Merlo (2019).
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