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Caracterización del Karate
Autor: Rodrigo Merlo
El Karate-Do es una de las artes marciales más reconocidas del mundo. Para la práctica de esta disciplina existen varios estilos. En este escrito haremos una revisión de diversos estudios que nos permitirán comprender su esencia, y plantear desde allí, propuestas adecuadas que favorezcan su entrenamiento.
De la misma forma que en los deportes anteriores, daremos comienzo en este escrito con la definición del Karate-Do, expondremos la ratio del tiempo de esfuerzo y el de pausa, profundizaremos en el registro de los parámetros antropométricos y finalizaremos con los datos encontrados sobre las demandas energéticas y las características morfofuncionales de los karatecas.
1. Definición
Analizando la definición de KARATE-DO, vemos que la palabra está compuesta por tres conceptos, el primero es “KARA” que significa vacío, el segundo “TE” que es manos y el último es “DO” que representa al camino, por lo cual, a este estilo se lo conoce como el camino de la mano vacía (Ochoa, 2008).
El Karate-Do es un sistema de combate sin armas de origen japonés, hoy practicado principalmente como deporte, en el que dos combatientes Luchan con el objetivo de derribar al contrario mediante golpes secos dados con el canto de las manos, los codos y los pies (Oxford Dictionaries, 2017).
Es evidente que la definición del diccionario sobre este deporte es muy pobre, y es por ello que acudiremos a la visión de los especialistas, de esta manera según comenta el Sensei Funakoshi (1986), el Karate-Do, es un arte marcial milenario creado en Okinawa, Japón; teniendo como antecedente en sus inicios, la influencia de la gran cultura china, partiendo del Shaolinzu Kempo (China Siglo VI D.C.) de los 350 estilos del Shaolin (S. XV D.C), del que se derivaron las escuelas de Wei Chía, Nei Chia en China y el Naha-Te (S.XVIII) en Japón y que a su vez, de este derivan el Shorei y el Okinawa Te (S. XVIII) en Japón, así como el Karate Jutsu ( S. XIX), hasta llegar al Shorin (S.XIX) y el Karate-Do de Funakoshi Gichin (S. XX). Según Pfluger (2006), es a partir de este momento histórico que se considera el punto de partida donde se fundamenta oficialmente la clasificación del Karate-Do en cuatro estilos reconocidos por la Federación Mundial de Karatedo (WKF, 2018) como son:
Gráfica 1. Cuatro estilos del Karate-Do reconocidos por la WKF.
Fuente: Elaboración propia.
Por otra parte, hay que hablar del Karate-Do deportivo, el cual es una adaptación del karate do tradicional. Según muchos maestros tradicionalistas japoneses, el Karate-Do no es un deporte, sino un Arte Marcial. Aunque, sin embargo, se encuentra en una faceta deportiva que está muy potenciada y en la actualidad se organizan un sin fin de competencias en todo el mundo. La vistosidad de las técnicas que se emplean en estas competencias ha conducido en gran medida a promover la popularidad con la que hoy goza este deporte. Es de remarcar que no debe perderse de vista, el origen de este arte marcial y su objetivo, el cuál puede estarse desviando por causas del enfoque deportivista.
Así, debemos siempre tener presente el objetivo del Karate-Do, el cuál es el autocontrol de las emociones, para preservar la armonía del cuerpo, en equilibrio con el espíritu y el respeto a la vida (Funakoshi, 2013).
Las competencias deportivas del Karate se dividen en dos especialidades; la Kata y el Shiai Kumite, dentro de las cuales se puede participar de manera individual y por equipos.
La Kata es una secuencia de formas compuestas por técnicas de Karate, que simulan un combate contra uno o más adversarios. En esta categoría competitiva se puntúa al participante bajo la apreciación de los jueces. En las competencias de Kata se puede participar individualmente o por equipos de tres integrantes femenil y/o varonil.
El Shiai Kumite es la forma de combate del Karate y desde una visión deportivista se lo puede categorizar como una actividad de combate que puntúa por marcación de los golpes, y en el cual se elige al vencedor con base a quien haya anotado una mayor cantidad de puntos durante el encuentro, que tiene una duración en promedio de 3 minutos dentro de las categorías varonil, femenil y juvenil. Aquí también se puede competir de manera individual y por equipos de tres integrantes en la rama femenil y de 5 participantes en la rama varonil, y en ambos casos se puede contar con dos competidores que cumplen la función de reservas.
Para las olimpiadas de Karate-Do, se designan 80 plazas en total, con tres categorías por género en Kumite y una por género en los Katas. En total, participan 40 mujeres y 40 hombres, los cuales competirán conforme al Rankin Mundial de la WKF en Tokio 2020. Las plazas continentales, así como las competencias claves, se darán en el preolímpico mundial del año 2020, que otorga un total de tres plazas olímpicas (considerando que a este no pueden acudir los 5 países ya clasificados por el ranking).
El Shiai Kumite consiste en que un competidor supere al otro en un combate de 3 minutos, a través de movimientos técnico-tácticos complejos, utilizando para ello todo su potencial físico-técnico-táctico y psicológico, como una unidad global que piensa, siente y actúa. Desarrollando en combate lo que se llama en karate “la maestría técnica”. Siendo que el Karate-Do deportivo se sitúa dentro de los deportes de “Combate de Marcación”, la sumatoria de los puntos logrados, determinará quién es el ganador de la contienda. En este tipo de competencias las divisiones de peso en que se compiten son: en la rama masculina individual, las categorías son menos de 67; menos de 75 y más de 75 kilogramos y en la rama femenil será en menos de 55, menos de 61 y más de 61 kilogramos. En cada división de peso de Kumite participan 10 hombres y 10 mujeres, y en cada evento de Kata lo hacen 10 hombres y 10 mujeres, lo que da un total de 80 competidores. En lo que concierne a la modalidad de kata, se compite únicamente de manera individual en la rama masculina y femenil. Participando 10 hombres y 10 mujeres que da un total de 20 competidores.
2. Relación esfuerzo/pausa
Según Chaabène (2016), sólo existen publicados dos estudios científicos que se refieren a la relación esfuerzo/pausa observada en las competencias de Karate-Do (Beneke et al., 2004 y Iide et al., 2008), ambas investigaciones han coincidido en realizar un análisis de la competencia deportiva. El primer autor, reportó que los períodos de esfuerzo promedio durante un combate de Karate-Do son de 18 segundos, mientras que el intervalo de recuperación es de aproximadamente 9 segundos (es decir, una relación de esfuerzo-pausa de 2: 1). Por otro lado, Iide et al (2008) establecieron que durante los combates de Karate-Do (2 y 3 minutos), la duración de las series más largas de técnicas de combinación ofensivas y/o defensivas realizadas fueron de 2,1±1,0 segundos y 1,8±0,4 segundos, respectivamente; los tiempos medios totales de realización de técnicas ofensivas y defensivas fueron de 13,3±3,3 y 19,4±5,5 segundos, respectivamente. Aunque los tiempos de recuperación no parecen ser completos, la concentración de lactato encontrada postcombate (4,2±1,9 mmol. l -1), sugiere que, debido a la mezcla de técnicas ofensivas y defensivas que se ejecutan a intensidades de esfuerzo muy diversas, y por el alto VO2max. que poseen los karatecas (52,4 ml.kg-1), les permite utilizar la oxidación mitocondrial de glucosa y grasa como vía energética predominante (Beneke et al., 2004).
Analizando los datos reportados (Beneke et al., 2004 y Iide et al., 2008), podemos darnos cuenta de que el enfoque principal de la preparación física debe centrarse en la velocidad de ejecución de los gestos técnicos, soportado por la vía metabólica fosfagénica. Además, considerando el VO2Max. tan elevado que poseen los karatecas, será fundamental trabajar sobre la potencia oxidativa mediante estímulos que estresen al organismo en la zona cercana al umbral de lactato.
3. Antropometría
En el año 1998, Imamura et al., describieron los parámetros antropométricos de un grupo de 16 karatecas, observando que los artemarcialistas con mayor experiencia poseían un porcentaje de tejido adiposo menor al de los menos experimentados, así el registro de masa adiposa de los cinturones negros de alta competencia (n:7) fue de 10,7±2% a diferencia del de los de cintas blancas (n:9) que fue de 12,6±4.5%.
Se vuelve evidente, basándonos en las diferencias del porcentaje de grasa reflejado por karatecas élite vs novicios, que a medida que la carrera del artemarcialista avanza, mejora su desempeño físico y su organismo tiende a ser más selectivo en el consumo de sus nutrientes, favoreciendo así la beta oxidación, y disminuyendo con ello el porcentaje de masa adiposa.
Tabla 1. Parámetros antropométricos de karatecas novicios y avanzados.
Fuente: Adaptado de Imamura et al., 1998.
Por otro lado, Amusa et al., (2001) evaluaron durante un campamento de preparación enfocado a una competencia nacional en Sudáfrica, la composición corporal de un grupo de 17 karatecas de alto nivel, allí encontraron que el promedio del porcentaje de masa grasa de las mujeres era de 18,6% y el de los hombres de 12,2%, con un índice de masa corporal de 23,8 para las mujeres y 22 para los varones. Denotando con estos datos que el porcentaje de masa grasa en este tipo de deporte es similar al de algunos boxeadores (12%±2,5; Lenetsky et al., 2012) o incluso un poco más alto que el de los Luchadores (7,6±3,4%) registrados por Schick et al. en el 2010.
Tabla 2. Parámetros antropométricos de karatecas varones y mujeres.
Fuente: Adaptado de Amusa et al., 2001.
Por último, Giampietro et al., (2003) estudiaron las características antropométricas y la composición corporal de atletas jóvenes practicantes de Karate-Do en un alto y medio nivel de competición. La muestra utilizada fue de 35 sujetos que tenían un rango de edad de 24.25 ± 8.25 años, los cuales se dividieron en dos grupos, estando constituido, uno de ellos por 14 deportistas de nivel élite y el segundo por 21 atletas de nivel amateurs. El grupo de elite mostró un somatotipo meso-ectomórfico, mientras que los atletas aficionados presentaron un tipo mesomórfico equilibrado. La composición corporal de cada sujeto se evaluó mediante la técnica de medición de pliegues cutáneos, con las ecuaciones de Jackson-Pollock (JP) y Sloan-Weir (SW), pudiendo registrarse un menor porcentaje de masa grasa en el primer grupo (JP= 8.1±2.4% y SW= 8.9±3.3%) comparado con el segundo (JP = 9.8 ± 1.6% SW= 11,2 ± 3,7%), aunque las diferencias entre los dos grupos no fueron estadísticamente significativas.
4. Parámetros energéticos
En el 2004, Beneke et al., estudiaron a una población de karatecas de nivel nacional e internacional, para poder dilucidar cuál era el costo de energía de estos artemarcialistas en un Kata y de dónde provenía esta energía en cuanto a las diferentes vías de producción de ATP. En ese estudio, pudieron concluir que al realizar un kata se genera una absorción de oxígeno de unos 165,3±52,4 ml. kg-1, y que los niveles en la concentración de lactato sanguíneo llegan a 4,2±1,9 mmol. L-1 (dato mucho menor al que esperaban encontrar).
Es así como a partir de este estudio Beneke et al., (2004) pudieron concluir que el costo energético de un Kata era aproximadamente de334.3±86.3 kJ, y que las fuentes de energía de las que provenía la producción de ATP eran en porcentual las siguientes:
Gráfica 2. Distribución porcentual de las fuentes de energía en un Kata de Karate-Do.
Fuente: Adaptado de Beneke, 2004.
De esta manera, se pudo rebatir la hipótesis que postulaba que se generaba un gran aporte energético vía glucólisis rápida en las formas de Karate-Do y se afirmó la creencia de que el metabolismo oxidativo es la fuente predominante de energía y que es complementada en gran medida por la vía fosfagénica.
Previo a Beneke, en 1995 Francescato et al., estudiaron el costo energético y las fuentes de generación de ATP en los Kata de karate (estilo Wado) con secuencias de movimientos en una duración de 10 a 80 segundos. Se evaluaron 6 katas con duración creciente para estimar el consumo de oxígeno, y allí los autores describieron un VO2max. de 36,8 ml.min-1.kg-1.
Por lo antes dicho, y basándonos en los datos observados en los katas por los autores precitados, creemos conveniente orientar las cargas de trabajo físico hacia el desarrollo de la vía fosfagénica, poniendo particular atención en la fuerza explosiva que beneficie la puntuación obtenida en este tipo de competencias.
Pese a lo reportado por Beneke et al. (2004) respecto a las concentraciones de lactato en sangre halladas luego de los combates de Karate-Do(4,2±1,9 mmol. l -1) y a los registros de los aportes energéticos de los katas, donde se muestra una influencia determinante del sistema fosfagénico, no debemos confundirnos y creer que este arte marcial no requiere aportes sustanciales de la vía glucolítica rápida. Puesto que en un estudio publicado recientemente (Chaabene, Hellara, Ghali, Franchini, Neffati, Tabben, Najjar y Hachana, 2016) se reportaron altas concentraciones de lactato sanguíneo postcombate, lo cual deja entrever que no todos los combates exigirán en la misma medida a la vía glucolítica de los competidores y que por otro lado, parece no ser conveniente entrenar en esta disciplina para competir en ambas pruebas (Kata y Kumite), puesto que el metabolismo determinante es distinto en los dos tipos de competencias.
Tabla 3. Lactato sanguíneo y respuestas perceptivas durante los dos combates sucesivos de Karate-Do (Media ± SD).
Fuente: Adaptado de Chaabene et al., 2016.
5. Parámetros morfofuncionales
El análisis de los aspectos morfofuncionales es fundamental para comprender los requerimientos de fuerza, potencia, velocidad o resistencia a la fuerza que se debe desarrollar o mantener en el Karate-Do.
Por lo que revisamos los aportes ofrecidos por Loturco et al., (2014), quienes describieron la aceleración lograda por un golpe recto del puño trasero en 4 diferentes posiciones a saber:
Golpe con una distancia fija respecto al objetivo a alcanzar con su velocidad máxima (FS).
Golpe con una distancia fija respecto al objetivo a alcanzar con su máximo impacto (FI).
Golpe con una distancia autoseleccionada con el objetivo de alcanzar la velocidad máxima (SSS).
Golpe con una distancia autoseleccionada con el objetivo de alcanzar el máximo impacto (SSI).
A continuación, se muestran los implementos utilizados para ponderar estas variables de aceleración en el golpe de puño propio del Karate-Do. Imagen 1. Equipos para la medición de la aceleración (G).
Fuente: Adaptado de Loturco et al., 2014.
Imagen 2. Prueba de aceleración (G) durante la ejecución de Giaku-Tsuki.
Fuente: Adaptado de Loturco et al., 2014.
Luego de llevar a cabo la ejecución de los golpes bajo estas cuatro formas de impacto, los datos arrojados se presentaron en forma de barras, lo que dejó ver que la potencia con una distancia autoseleccionada mostraba diferencias estadísticamente significativas frente a los otros datos registrados tanto en varones como en mujeres. Esto nos permite comprender que la ejecución técnica más eficiente en cuanto a la aplicación de potencia de impacto es individual, y que el hecho de querer estandarizar las técnicas creyendo que existe una ejecución correcta por sobre las demás, podría afectar el resultado de la producción de potencia, por el hecho de no respetar las características morfofuncionales de las personas.
Gráfica 3. Aceleración del puño en diferentes combinaciones de distancia y objetivos para hombres y mujeres atletas de Karate-Do de alto nivel (los valores se presentan en media y SD).
Nota: * Diferente de todas las demás condiciones (p # 0.05). # Todas las condiciones fueron diferentes entre hombres y mujeres (p # 0.05). Fuente: Adaptado de Loturco et al., 2014.
Además de observar los datos en los golpes a diferentes distancias y con distintas intenciones, se registraron algunas otras variables físicas presentadas en los karatecas, esperando encontrar correlaciones entre el impacto de puño y los datos de fuerza y potencia obtenidos en gestos más generales. Las variables de fuerza y potencia seleccionadas en el estudio de Loturco et al. (2014) fueron las siguientes:
Fuerza dinámica máxima en press de banca.
Fuerza dinámica máxima en sentadillas.
Altura de salto en Counter Movement Jump (CMJ).
Potencia de propulsión media en press de pecho.
Potencia de propulsión media en Squat Jump (SJ).
Velocidad de propulsión media en salto en cuclillas con 40% de BM.
Los resultados de estas mediciones fueron los siguientes: Tabla 4. Parámetros de fuerza, potencia y velocidad para ejercicios de flexo extensión de rodillas y codos.
Fuente: Adaptado de Loturco et al., 2014.
Desde los datos registrados en las evaluaciones físicas descriptas, se pudieron estimar las siguientes correlaciones con la aplicación de potencia y aceleración en los golpes de puño con distancias autoseleccionadas y predeterminadas.
Tabla 5. Coeficientes de correlación (e intervalo de confianza del 95%) entre las aceleraciones de perforación y las variables de fuerza y potencia máximas
Fuente: Adaptado de Loturco et al., 2014.
Con estos datos y bajo un análisis estadístico correlacional, los autores pudieron concluir que la potencia del tren superior e inferior y las variables de fuerza dinámica máxima se relacionaron positivamente con la aceleración del impacto en todas las condiciones. Por lo que sugieren utilizar estos test como variables representativas de la aceleración de golpe recto de puño en Karate-Do. Respetando la lógica misma del deporte, creemos que, como conclusión de este punto, el desarrollo de la potencia en los gestos propios del golpe de puño es fundamental para favorecer la práctica deportiva, sabiendo que en el Karate-Do la búsqueda del golpe perfecto es una premisa, puesto que por sus principios filosóficos, de tener que combatir el karateca buscará finalizar el combate con el menor daño posible para el oponente.
6. Conclusiones
Según lo expuesto, se comprenderá que el Karate-Do es un arte marcial que concentra su atención en el desarrollo de las fuerzas explosivas, aplicadas a gestos específicos, ejecutados de forma lineal, que tiene como determinante energético a la vía fosfagénica para la resíntesis de las moléculas de ATP.
Contrario a lo que se creía, los reportes de concentraciones de lactato sanguíneo pos- esfuerzo en los katas, comprueban que las intensidades no son extenuantes y que por tal motivo, la atención en los entrenamientos debe darse sobre la calidad de los trabajos más que sobre la cantidad de estos.
Será trascendental mejorar la fuerza isométrica en los momentos de frenado que se dan en los katas, para elevar la impresión obtenida en estos gestos tan explosivos que terminan su recorrido abruptamente, aunque sin una oposición que provoque la desaceleración total.
Y para finalizar, debe tratarse de lograr una correcta proporción entre los porcentajes de masa muscular y los de masa adiposa, para favorecer la calidad de los movimientos, tanto en la explosividad de estos como en su flexibilidad.
Texto extraído del libro "Entrenamiento para deportes de combate" de Rodrigo Merlo (2019).
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